John Bowring
En algunas partes del mundo, siempre resulta fascinante que alguien hable más de un idioma. Sin embargo, en otras partes es bastante común que la mayoría de la gente hable dos o tres idiomas diferentes y no resulta tan alucinante.
Hay muchas sutilezas que pasan desapercibidas cuando sólo hablas un idioma, pero cuando empiezas a hablar más descubres que muchas de nuestras diferencias en el mundo se centran en la lengua, lo que determina tu vida de forma muy significativa.
Cuando empiezas a conocer a fondo dos o más lenguas, ocurre algo muy peculiar. En cierto modo, se siente como tener un nivel de autorización especial para la vida, excepto que ligeramente menos espionaje.
Hay casos en los que la gente habla de sentirse más reservada y pensativa frente a ser más extrovertida y atrevida en un idioma que en otro. Es cierto que los distintos idiomas invitan a comportamientos diferentes, pero también creo que tiene que ver con lo cómodo que te sientas en ese idioma concreto.
Por ejemplo, si casi dominas el francés, pero dominas el alemán por completo, seguro que serás más extrovertido en alemán la mayor parte del tiempo, suponiendo que sea uno de tus rasgos de personalidad principales cuando hablas tu primera lengua.
¿Cuántos idiomas se pueden aprender a la vez?
Hay millones de personas, incluso en Estados Unidos, país mayoritariamente monolingüe, que hablan más de un idioma en casa. Dominar tres idiomas no es raro, y todos hemos oído historias de abuelos y abuelas que tuvieron que dominar cuatro o cinco idiomas en su viaje del viejo al nuevo país. En la India, es habitual que la gente hable cinco o seis lenguas diferentes. Pero, ¿qué pasa con 10, 20, 30, 100 lenguas? ¿Cuál es el límite máximo de idiomas que puede conocer una persona? Michael Erard, en su fascinante libro Babel No More, viaja por todo el mundo en busca de hiperpolíglotas, personas que estudian y aprenden un gran número de idiomas. Aclara los secretos de su éxito y explica por qué puede ser difícil poner una cifra exacta al conocimiento de idiomas. He aquí algunos de los hiperpolíglotas que conoce:Graham Cansdale, 14 idiomas.
Esta políglota húngara dice que cinco de ellas “vivían dentro” de ella. Otros cinco necesitaban al menos medio día de repaso para reactivarse, y con los seis restantes podía hacer traducciones. La confianza, afirmaba, es crucial para aprender idiomas. Su consejo para el estudio: “Ten la firme convicción de que eres un genio lingüístico”. Alexander Arguelles, 20 idiomas más o menos.
Richard Simcott
Creo que cualquiera de nosotros puede llegar a ser políglota. Tomemos este ejemplo, tengo una nieta de sólo tres años y medio y habla cuatro idiomas, francés porque vive en Friburgo, la parte francesa de Suiza, alemán porque el padre es suizo de habla alemana, griego por el lugar de nacimiento de la madre e inglés gracias a su abuelo, que soy yo.
Los niños son esponjas desde muy pequeños. Dicen que un niño puede aprender fácilmente hasta cuatro idiomas en sus primeros 5 años. Increíble, ¿verdad?, cuando hay gente que lleva toda la vida intentando dominar un nuevo idioma.
Salma Hayek, actriz – inglés, español, portugués. Hayek es mexicano-estadounidense y, aunque su padre es de ascendencia libanesa, dice que no habla árabe, pero sí inglés, español y portugués.
Audrey Hepburn, actriz/humanitaria – neerlandés, francés, inglés, italiano, alemán, español. La madre de Audrey Hepburn era belga y ella creció hablando neerlandés y francés. Más tarde aprendió un poco de español, que utilizó en su labor humanitaria como embajadora de buena voluntad de UNICEF.
Cuántas lenguas para ser hiperpolíglota
El hiperpolíglota es un superdotado y un gran acumulador de idiomas. Posee una neurología particular que le permite aprender idiomas muy rápidamente y ser capaz de utilizarlos. Cuando empecé el proyecto, utilicé el número seis [como límite] porque había un estudio de comunidades multilingües de todo el mundo y el máximo utilizado en cualquier comunidad era cinco. Así que la gente corriente, que no tiene ningún don mental especial ni acceso a la educación, puede hablar cinco. En mi trabajo, hice una encuesta y muchas personas dijeron que podían hablar seis o siete, pero empezaban a decaer a partir de once. Así que sugiero ese número.
Los que han estudiado esas aptitudes para aprender idiomas sugieren que esas personas tienen buena memoria, que codifican cosas en la memoria a largo plazo y pueden recuperarlas rápidamente. Y que esas cosas en la memoria no decaen rápidamente. Hay indicios de que las personas con capacidad para imitar la pronunciación tienen cerebros anatómicamente diferentes y que funcionan de forma más eficiente en áreas relacionadas con el procesamiento y la producción de sonidos del habla… [Pero] tienen que pasar muchas cosas. Estas personas no nacen. Y no se hacen. Nacen para hacerse.